La CNTV y la Universidad Manuela Beltrán clausuran ‘Taller piloto de formación y capacitación, para operadores y prestatarios de TV comunitaria’
Este sábado, 24 de octubre, la Comisión Nacional de Televisión (CNTV) y la Universidad Manuela Beltrán (UMB) clausuran el ‘Taller piloto de formación y capacitación de operadores y prestatarios de televisión comunitaria’.
El acto tendrá lugar a las 9:00 a.m., en la sede del alma mater ubicada en la Avenida Circunvalar No. 60-00, al oriente de Bogotá, y en él estarán presentes los comisionados de la CNTV, Juan Andrés Carreño Cardona, director, y Zulma Casas García; el rector de la UMB , Guido Echeverry, y otras autoridades del alma mater.
Durante la ceremonia será entregado el balance de una actividad académica que duró cinco meses y contó con la presencia de 320 representantes de los 20 sistemas de televisión comunitaria del centro del país.
Durante tres meses, los asistentes realizaron actividades teórico-prácticas con énfasis en lenguaje y contenidos de televisión, destinados a esta modalidad.
Cuatro premisas básicas, sobre los contenidos ideales que debe presentar la televisión comunitaria conforman las conclusiones más importantes del taller:
Son ellos:
1- Principio de diversidad: la programación de un canal comunitario debe incluir la diversidad cultural en su máxima acepción, como la étnica, ideológica, de género, rangos de edad, nivel socioeconómico, etc.
2- Principio de contexto: las temáticas deben tener raíces en lo local, cruzarlo o relacionarlo. Siempre se deben enfocar los temas “desde” la propia realidad para llegar a lo universal.
3- Principio de lenguaje: La televisión comunitaria, por su diversidad y contexto, debe ser un crisol de formatos y lenguajes, por lo tanto debe desconfiar por principio de los formatos “establecidos” por la TV comercial. Quiere decir que si la expresión auténtica de una comunidad se manifiesta a través de sus cantos, debemos crear un formato especial de programa para ellos.
4- Principio de participación: este principio se da en dos aspectos. El primero es que la comunidad debe participar en las fases de investigación, creación y producción. El segundo aspecto es que la comunidad no puede limitarse a ser “la fuente” del contenido, la “encuestada del paseo”; sino debe pasar a ser “sujeto”, debe “coger el micrófono” y decir las cosas directamente, elaborar sus cuestionarios, preguntarse o contestar con sus palabras y maneras.